jueves, 21 de abril de 2016

Marcharse

Me guardaré una carta helvética para cuando, ya de vuelta en España, haya tenido tiempo para analizar con perspectiva los que ahora es humo, pero esta, esta toca hoy.

Marcharse nunca es marcharse. Marcharse es siempre un "ir a otro sitio" por lo que marcharse no es ni mucho menos tan dificil como irse, el problema es a donde irse, por qué motivo y en que circunstancias.

Marcharse de Suiza es fácil, tan fácil como llegar, y no menos dificil que hacerlo, al fin y al cabo no hay más que montarse en un avión y firmar unos cuantos papeles (tantos como firmaste al venir, pero sin esperar confirmación).

El problema no es Suiza, el problema es la gente. Nunca he vivido en Liberia, pero tengo la sensación de que cuando alguien deja Liberia, el sentimiento popular es parecido al de un velatorio, un extraño "ya no está con nosotros, se ha ido a un lugar mejor" que ayuda (en tanto como puede) a mitigar el peso de la marcha.

El problema es que Suiza no es Liberia, sino algo que recuerda a todo cuanto un día fue Europa, y Europa es, cada día, un poco más Liberia. No se ofendan los Liberianos, toda tierra es sagrada, pero no todas las ha consagrado la misma gracia.

Cómo ya he dicho, el problema es el que es, y la gente nunca entenderá "por qué" te marchas,

No hay comentarios: