domingo, 25 de abril de 2010

Alicia

En el país de las maravillas y lo que vió a través del espejo.

Bueno, decir que no he visto la "monstruosa" película de Tim Burton, un tipo que no deja de defraudarme día a día casi al mismo ritmo que lo consigue nuestro amigo Lucas de nombre Jorge.

Leí por primera vez este libro a una edad bastante avanzada, antes, de pequeño, me lo habían leído alguna vez mis padres, pero no le dí mayor importancia, cuando lo leí siendo adulto produjo en mí un cambio solo comparable a "los dibujos de sombreros" que hacía otro personaje de la literatura infantil.

Son 2 obras sublimes, tan simples, tan sinceras, son 2 obras escritas para niños, y como buen matemático que era su autor, para escribirlas, se convirtió en un niño, de ahí su grandeza.

La primera vez que lees el libro puede parecerte un título humorístico en muchos momentos, hay algunos puntos que parecen absurdamente cómicos... pero cuando vuelves a leerlo... descubres poco a poco la lógica de un niño, una lógica que no ha sido (aún) "corrompida" por la experiencia del mundo real...

No dejen de comprarlos, no dejen de leerlos tantas veces como puedan, yo aún a día de hoy, en el cual cuento ya 4 lecturas, no dejo de leerlo cuando tengo una tarde libre.


Les dejo el grabado del, a mi gusto, mejor pasaje del libro:


[...]
-Y desde entonces -añadió el Sombrerero con una voz tristísima-, el Tiempo cree que quise matarlo y no quiere hacer nada por mí.Ahora son siempre las seis de la tarde.
Alicia comprendió de repente todo lo que allí ocurría.
-¿Es ésta la razón de que haya tantos servicios de té encima de la mesa? -preguntó.
-Sí, ésta es la razón -dijo el Sombrerero con un suspiro-. Siempre es la hora del té, y no tenemos tiempo de lavar la vajilla entre té y té.

[...]

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