miércoles, 4 de agosto de 2010

Una entrada como cualquier otra

Sin novedad en el frente capitán.-Dijo la pequeña silueta que se recortaba contra el Sol allá en la cima del palo mayor.
El capitán miró soslayo al timonel y con voz firme pero calmada dijo:
-Avante toda caballeros, hemos llegado a donde nadie más ha llegado, y no llegaremos mucho más lejos, pero decidme en verdad, si no ha merecido la pena morir de este modo.

El capitán se desplomó antes de poder escuchar la ovación de la tripulación, había hecho lo que ningún hombre había hecho antes, pero que gracias a él, muchos harían en el futuro: había abierto un camino hacia el destino de la humanidad.


Quizás muchas veces sea más fácil llegar a la otra orilla que regresar...

Y es que no es necesario despedirse de mucha gente, y de la gente de la que es necesario despedirse, nunca queremos hacerlo... ¡Linda paradoja, dulce ironía!

Voy a dejar esta ciudad, no me pienso despedir, hace ya tiempo de la gente estoy ausente, no se ni donde voy a ir, no me he parado a pensar...
-Extremoduro

Si alguien quiere saber a cuento de que viene esta entrada, que lo investige y me lo cuente, me vendría bien saberlo. Y ahora me voy a un garito la mar de chulo que he encontrado, tiene buen ambiente, aire acondicionado, televisión (si la pagas), y un servicio de cafetería bastante barato, siento sonar cínico, pero creo que es la única forma de tratar el tema con una sonrisa en la cara.

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