martes, 2 de noviembre de 2010

Just breathe

Elmo se sentó una vez más sobre aquel viejo banco del parque como tantos otros días de otoño, pero había algo diferente en él; algo había cambiado en su mirada. No era la lluvia que desde hacía ya varias horas azotaba su rojo cuerpo almidonado, no era una mala digestión y hasta donde podemos saber, había tenido un buen día... pero había algo raro en su mirada, algo que quizás un experto habría podido reconocer a primera vista pero que Edmundo nisiquiera alcanzaba a imaginar, nunca había visto a Elmo en ese estado.

Mientras lentamente caminaba hacia él pudo ver como Elmo recorría con su mirada todo aquel encharcado parque, pudo ver como se detenía a observar el salpicar de las gotas en cada charco y tras algunos segundos de minucioso estudio, pasaba al siguiente, estudiando metódicamente todos los charcos del parque.

Edmundo sacó un arrugado cigarro de su tabaquera y ofreciéndoselo a Elmo sacó otro para él, rebuscó en sus bolsillos aquel paquete de cerillas que solía llevar y trató de encenderlos mientras los cigarros se reblandecían bajo el peso de la lluvia que apagaba las cerillas una y otra vez. Finalmente, desilusionado, se sentó junto a Elmo manteniendo la boquilla del cigarro mojado y apagado entre sus labios.

-¿Que ocurre Elmo? Nunca antes habías aceptado uno de los cigarros que te ofrezco.
-Pensé que me ayudaría a pensar, he visto como te relajas y concentras cuando aspiras su humo y como se excita tu mirada al expulsarlo; pensé que me ayudaría a buscar.
-¿Buscar? ¿Qué buscan los muñecos de felpa en los días lluviosos? Esta claro que no buscas un resfriado, vosotros nunca enfermáis y también esta claro que no buscas cambiar de color, esta lluvia fría como la mismísima Frostmourne no va a desteñirte lo más mínimo.
-Estas en lo cierto, nunca enfermamos y me encanta mi color, pero también dicen que los muñecos nunca dejamos de sonreír y puedes ver que no es cierto.
-¿Llamas sonreír a esa especie de mueca? Te diré una cosa sin que te ofendas, es difícil sonreír sin dientes, yo nunca pensé que sonrieras, solo pensé que tus fabricantes tenían un patético sentido del humor.

En ese momento Elmo lanzó una mirada asesina a Edmundo y mientras le apuntaba con sus dedos dijo:
-Ten cuidado, Elmo sabe donde vives.

Ambos comenzaron a reír al instante, una carcajada díscola y malsonante que duró lo suficiente para hacer dar un rodeo a varias personas que trataban de escapar de aquella pesada lluvia.

-¿Que buscas amigo? ¿Porqué escudriñan tus ojos el paisaje de esa manera?
-Pues verás, el caso es que cuando salí de casa hace ya muchos días, como en un aviso de lluvia una gota de agua quedó sujeta a este pelo sintético mío. No se como ocurrió pero sorprendentemente se mantuvo ahí, intacta, adherida a mi piel, durante seis días y entonces resbaló hacia un vaso vacío y quedó allí.
-No acabo de entender que relación tiene eso con mi pregunta Elmo.
-Es muy simple, estoy buscando otra gota de agua igual, llevo horas observando como caen y se estrellan contra el suelo, cuando una gota igual a la mía caiga, saldré corriendo hacia ella y la salvaré de la caída atrapándola en mi piel.
-No lo entiendo Elmo, ¿No has dicho que aquella gota había caído en un vaso? ¿Para que buscas otra igual si aún conservas la otra?
-Si, es cierto, se donde esta mi gota, pero ya no es la gota redondeada y brillante que era, ahora solo es una gota en un vaso de agua, como cualquier otra gota en cualquier otro vaso de agua, ya solo se diferencia de las demás gotas en mi recuerdo de ella, en lo demás, ya no es mi gota.
-Entiendo... ¿Eres consciente de que eso ocurrirá con cualquier gota que logres atrapar? (o salvar como dices tú) ¿Eres consciente de que en cada nueva gota que salves no encontrarás una nueva gota, sino el recuerdo de tu gota?

Elmo sonrió con aquel esbozo de boca que sus fabricantes le habían dado.

-Si, es parte del trato, nunca una gota dura para siempre y nunca mi gota morirá del todo. ¡Ahí va! ¡Ahí cae mi gota!

Y un rayo rojo atravesó la escena, pude ver a Elmo lanzarse hacia una gota y cazarla, una gota que sin duda alguna, en nada se parecí a su gota.

Pd: Elmo loves sunny days... Elmo loves rainy days too... but he hates windy days! Those fucking windy days! Windy days, ELMO KNOWS!!

Pd2: Elmo sabe que su gota piensa lo mismo, y mientras intenta escapar de su vaso buscando otra piel de fieltro a la que adherirse piensa en él. :)

1 comentario:

teologiadeS dijo...

Conclusión: Elmo es listo, edmundo lo observa, elmo necesita la perfección, las cosas iguales y por tanto, busca la segunda gota perfecta, pero solo hay una.

Un saludo.