viernes, 7 de enero de 2011

Extranjeros

...hasta que un día, casi al borde de la muerte por intoxicación etílica vió desdoblarse a su imagen en el espejo y ante su atónita mirada esta le habló:

-Buenas noches caballero, sobran las presentaciones, sobran las cláusulas de cortesía, seré directo: ¿Tú para que existes?
-Yo existo para lo mismo que tú, para viajar.
-¿Y para qué viajamos?
-...para tener un sitio al que volver
-Creo seriamente que tienes un problema...

Un golpe sordo llamó la atención de los demás clientes cuando pocos segundos después cayó al suelo inconsciente.

Pd: Me gustan los retos, me gusta que las cosas sean más difíciles de lo que parece, me gusta la sensación de que para conseguir algo, he necesitado llegar al límite de mis posibilidades... pero quizás esto ya este siendo demasiado.

Pd2: ¿Dónde estará Susana? ¡Menudas vacaciones te estas pegando moza!

1 comentario:

teologiadeS dijo...

Ya volví.

Hay una cosa que no comprendo porque tiene un problema si quiere tener un sitio al que querer volver.

El otro día leí una noticia que decía que las tortugas mueren en las playas que han nacido, ¿cómo después de años lo recuerdan? y porqué siempre se vuelve?
Preguntas sin respuesta creo.

Un saludo nocturno.