jueves, 27 de enero de 2011

Ya había comenzado a alejarse cuando decidió volver. Lo encontró sentado en aquel banco, empapado, mirando al infinito.
-¿Vuelves? ¿Has pensado algo más?¿Has olvidado decir algo?
-Si.
-Me alegro.
-No deberías. He vuelto para decirte que eres un cínico, un idiota y un prepotente.

Giró sobre si misma y retomaba el camino de vuelta a casa cuando lo escuchó balbucear.

-Se va, vuelve y se vuelve a ir sin decir adiós...
-¡Morirás viejo, solo y amargado!-gritó ella, apretando el paso.

Él encendió otro cigarro, aspiró algunas caladas y mirando nuevamente al infinito pensó:
-Eso ya lo sabía, pero gracias por la información.


No hay comentarios: