jueves, 31 de marzo de 2011

Me miraba confusa, no acababa de entender quien era yo, empezaba a sospechar que tampoco sabía qué era yo, y lo mirara como lo mirara, no alcanzaba a comprender mis razones por más que preguntara y preguntara... pero no se daba por vencida, sus preguntas no cesaban.

-¿Viajas acaso para conocer gentes distintas?
-No, bien sabes que para conocerlas no hace falta marchar demasiado tiempo.

-¿Lo haces para encontrar otras formas de ver la vida?
-No, ya deberías haber comprendido que para eso, basta cruzar el umbral de otro hogar

-¿Buscas entonces escuchar esos pensamientos en otros acentos?
-No, los acentos extraños no desvirtúan las palabras hermosas, ni las ensalzan los bellos.

-¿Caminas pues en busca de lugares desconocidos ?
-Sabes tan bien como yo, que para descubrir un nuevo mundo, basta con girar la esquina

-¿Persigues entonces algún sueño?
-No, mis sueños van más allá de montañas y valles

-¿Entonces por qué qué viajas?
-Viajo porque no se hacer otra cosa, camino sin cesar porque no hay tierra que sienta mía.

-¿Y para qué lo haces? en ningún sitio encontrarás tu tierra
-Lo hago para aprender, lo hago para escuchar historias, lo hago para transmitirlas, lo hago para que en mis palabras descubras tú el mundo que hay más allá de ese valle, para enseñarte los acentos que nunca escuchaste, viajo para descubrirte nuevas gentes, viajo para que tú que si tienes un hogar, encuentres en tus sueños una escapada clandestina a otras realidades...

1 comentario:

Ana Lógica dijo...

Bonita costumbre, grandes razones

¡Y un besazo!