viernes, 10 de febrero de 2012

leer, vivir.

Pasa las páginas desconsolado, y pese a todo, no siente pena, ni felicidad, simplemente no encuentra consuelo. Cada página que recorre le aleja un poco más de si mismo, lo acerca a la nada y al todo, olvida que una vez fue para pensar que siempre ha sido.

Nombres y palabras se repiten sobre el papel, pero todos hablan de un mismo ser, de una sola entidad. Sigue leyendo y medita. Piensa hacia el futuro y vive hacia el pasado, lee otro nombre más y entiende:

"Nunca fui yo, siempre he sido ellos"

Y nuevas preguntas pueblan su mente, hasta no hace mucho despejada; en la vorágine de nombres y seres, concibe una nueva verdad. No existe, nunca existió, sólo es un reflejo, una sombra sin cuerpo nacida de los pensamientos ajenos.

Vuelve entonces a leer al amparo de una nueva luz, no hay un él, pero él existe. Él es todos cuantos viven en su mente, y al mismo tiempo, habita en las mentes de todos, él es uno y múltiple: como todos los demás.

Pd: Maldito monstruo, tu me viste en un libro y ahora me encuentro en otros muchos más. ¿Soy también en cierto modo Max? Quizás sepas más de mi que yo mismo...

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