jueves, 19 de junio de 2014

Raúl, Casillas, señores bajitos con bigote y legislaciones añejas

¿Voy a hablar de fútbol? No, no lo creo, bueno si, pero voy a hablar de fútbol, "así de tapadillo",  el fracaso es mucho más deseable que el cambio...
Ayer la selección española de fútbol (esa empresa pública con beneficios privados que la gente siente más que a sus hijos) hizo un magnífico partido... por desgracia nadie lo pudo ver porque esto ocurrió después de un penoso partido contra Chile; y todos sabemos que nadie se queda a ver si hay trailers de otras películas después de los créditos si la película es mala...

¿Qué decir? Pues como yo lo que quiero es hablar de política (que me gusta a mi) voy a ver como lo caso todo... 

Cuando comencé a jugar rol, recuerdo que algunos de mis amigos se aficionaron a los chistes sobre clanes de "Vampiro: La Mascarada", especialmente el señor Olivares (al que cito aquí para se vea forzado a compartir la entrada), se aficionaron a ese eterno chiste "¿Cuantos...  hacen falta para cambiar una bombilla?" que en el caso de los Ventrue se resuelve así:
"¿Qué quieres decir? ¿Cambiarla? Es una bombilla perfecta, la tenemos desde hace mil años, y ha estado funcionando muy bien"

España es un país Lasombra muy "ventruelizado". El partido de ayer fue un buen ejemplo de ello, como también lo fueron todos los que ocurrieron antes de este milenio. No voy a culpar a Casillas de todo lo malo que le ha pasado a la selección en este mundial, para ser un señor que perdió los brazos y las piernas en un trágico accidente de repostería, lo hizo bastante bien (se mantuvo en pie la mayor parte del tiempo). Lo que me llama la atención son todos los mensajes que he visto en feisbu, tuite y demás (incluso en comentarios de periódicos digitales) que se limitaban a decir un algo así como:

 "Casillas es el mejor portero del mundo, dejad de criticarlo y buscad trabajo hippies, la selección no es nada sin Casillas, es su capitán"

Yo, que por suerte no soy perro viejo, siempre me quedo anonadado ante este tipo de afirmaciones y durante algunos momentos tiendo a preguntarme (siguiendo aquel chiste de "pues deberías ver como quedó el otro") como serán los demás porteros... pero luego me acuerdo de Raúl, el pobre Raúl (bueno pobre no, sus buenos millones ganaba sin saber hacer la "o" con un canuto") de Zubizarreta, de los borbones y de la mismisima Constitución.

¿Qué le pasa a este país? ¿Cómo puede haber tantos ventrue por metro cuadrado? Hablo de Casillas, porque hablar mal de la Constitución y de los bribones borbones está mal visto, pero entiéndase igual:
Es posible que Casillas fuese el mejor portero del mundo mundial e incluso del Universo, puedo incluso aceptar eso (incluso a sabiendas de que el Universo es infinito y que no tengo ni idea de fútbol) pero... ¡Eso ya se acabó! Mientras Casillas fue el mejor, le hacía falta a su equipo, cuando dejó de serlo se convirtió en un señor mayor con genes cruzados por siglos y siglos de incesto hemofílico, que ya no sirve de nada a nadie. 

¿Cuanto tiempo dejarías sobre el mueble del salón una tele rota? ¿Cuantos españoles hacen falta para cambiar una bombilla?

Pero el español medio es inmovilista por naturaleza. ¿Pues no mantuvimos durante cuarenta años a un señor bajito que tenía el culo blanco porque su mujer no sabía que los jabones para la ropa tienen un pH demasiado agresivo para la piel humana? 

Casillas volverá a ser capitán de la selección en el próximo mundial, tus tataranietos conocerán la Constitución de 1978, y Jordi Hurtado seguirá en "Saber y ganar" aceptemoslo cuanto antes, el fracaso es mucho más deseable que el cambio... ¡Arriba las cadenas!



2 comentarios:

Unknown dijo...

Y digo yo, en un país con tantos ventrue, quizá lo mejor sea... ser ventrue.

Piénsalo. El rollo brujah que te traes no te llevará a nada.

PD: A mí siempre me pareció excesivo para con mi clan el chiste de los ventrue y las bombillas. Siempre preferí el de ¿Cuántos magos hacen falta para cambiar una bombilla? Quinientos uno. Uno para transmutar la bombilla en una nueva, y quinientos para enfrentarse a los
espíritus de la Paradoja.

José Joaquín Rodríguez dijo...

Leyendo tu mensaje, no puedo dejar de pensar en el dinero que te habrán pagado tus amos de Caracas para que digas estas cosas.