miércoles, 19 de enero de 2011

MIles away

Entonces Elmo quedó mirandome en silencio, con expresión seria y dubitativa. Pasaron algunos minutos antes de que el pequeño humanoide pronunciara palabra alguna pero finalmente dijo así:

-Cada día que paso a tu lado te conozco un poco más y una cosa si tengo clara, si para apaciguar tu conciencia tienes que poner tus pensamientos en boca de Dio, es que estas realmente jodido. ¿Tanto te importaba esa chica?

-Me importaba tanto que nunca seré consciente de ello, si me hubiese importado no habría dejado pasar el momento.

-Y ahora ya es tarde, y tu única respuesta a todo es la boca del genio, me parece perfecto que pienses así, pero si tuvieras un par de cojones ahora mismo estarías haciendo la maleta.

-Elmo, eres demasiado joven para entenderlo, pero esta demasiado lejos.

-¿Lejos? ¿A estar bajo el mismo influjo gravitatorio lo llamas lejos? adiós, yo no hablo con cobardes.

Esa última palabra quedó rondando mi mente durante toda la noche... cobarde... recuerdo haberla llamado cobarde aquella noche.

1 comentario:

teologiadeS dijo...

No creo que sea cobardía, pueden ser otros miles de millones de sentimientos pequeños que en conjunto te hacen no dar ese paso.

Un saludo