lunes, 14 de febrero de 2011

El creador y la creación

La palabra dicha carece de sentido, la palabra escuchada carece de dueño, la idea pensada de su dueño es, la idea materializada sólo responde ante sí misma.
He aquí la íntima y extraña relación que une al creador y a la obra, tan solo tiene dueño la que no ha sido creada, y la que ha sido creada no es de nadie.
-¿Ha de estudiarse al hijo como trabajo de sus progenitores?
Cuando el hijo se haga pleno, dejará de ser propiedad de sus padres. ¿Debe impedirse que se complete este por regocijo de sus padres? ¿De qué se regocijarán los padres de un hijo que no ha madurado?

He aquí la paradoja que rige el mundo de las ideas y las obras; la idea que tiene dueño carece de autoría, la idea que tiene autoría carece de dueño.

Y si las ideas fueron creadas por aquel viejo griego, para iluminar las cavernosas mentes de la humanidad; ¿No merecen el mismo trato que el Sol que a todos ilumina?
Quien es capaz de vender ideas, vendería el mismo Sol.

1 comentario:

teologiadeS dijo...

Y no somos todos ideas materializadas de algo que estaba antes que nosotros?

Un saludo