sábado, 5 de marzo de 2011

el joven y el chamán

Subió a la más alta montaña para mirar al infinito: para ver el futuro, para ver el pasado. Olvidando el presente analizó la realidad de un mundo que no existía ya, y la de uno que aún no había sido creado. Cuando llegó a la base de la montaña parecía confundido.

-¿Has averiguado algo?- preguntó el chamán de la tribu.

El chico pasó de largo unos cuantos metros, se volvió hacia el viejo y apuntando con el dedo hacia sus pies dijo:

-Estoy aquí y ahora, esa debería ser suficiente preocupación. Allá adelante queda otro aquí y otro ahora, allá atrás ya no queda nada. Lo que fue queda recogido en lo que es, lo que será guiará a lo que es hacia el presente. Eso es lo que he averiguado.

Entonces miró al chamán buscando su aprobación.

-En todo lo que has dicho hay algo de verdad y mucho de mentira, eres libre de volver a la cima tanto como lo eres de permanecer aquí, acepta tu visión, madura en ella y vívela como merece ser vivida, pero entiende antes que no es real.


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