miércoles, 2 de marzo de 2011

¿Qué comen las brujas?

Buen día gran amigo:
¿Que tal marchan las cosas allá?
Yo aún recuerdo el día en que presenté mi dimisión. A usted le pareció que mi rendimiento no era el apropiado, a mi me parecía que el sueldo no compensaba la gran carga laboral y la responsabilidad... que necios fuimos.
En respuesta a tu carta anterior, responderé con la verdad; no me va tan mal como debería. Al principio conseguí que algunos amigos me echaran una mano, hice alguna chapuza por aquí, alguna por allá, siempre sin contrato, pero llegaba para comer. Aquello no duró mucho tiempo, todo acabó cuando tuve que emigrar.
Durante cierto tiempo invertí mis horas en el noble oficio del buzoneo, dejé curriculums allá donde pude y esperé, algunas semanas llamaban, otras no, tenía algo de apoyo familiar así que pude mantenerme. Recientemente añadí a mis espectativas una ETT.
Me pagan poco y mal, pero puedo pagar las facturas y no tengo ningún tipo de responsabilidad, me queda tiempo libre para ese hobby mio de pensar y para ese vicio que me es la escritura.
Hace algunas semanas me llamaron para una oferta. Parecía buena, el sueldo estaba bien, el horario laboral era excelente y al parecer, la empresa estaba interesada precisamente en el campo que yo siempre había querido estudiar, pero aunque dijeron que llamarían, no supe de ellos.
Pese a todo no puedo negar la verdad. Tanto los días en los que las recompensas son cuantiosas, como esos en los que apenas alcanza para saciar el hambre, no puedo negar que al acabar la jornada me acuerdo de usted.

Atentamente: Un ex-empleado fiel

2 comentarios:

Ana Lógica dijo...

;) Me encanta el "simil", aunque no me atrevía a pensar que era aquello que es.

Zalmoreja dijo...

=) me ha encantao! la empresa siempre le agradecerá el trabajo realizado!