martes, 15 de marzo de 2011

SG-19

Solo, perdido y solo,
allí lejos de todo:
mi castigo recibí.

Por la suerte abandonado,
a tu ausencia castigado
y privado de tu voz

Solo, perdido y roto,
allá lejos de todo:
acá estoy sin tí.







Pd: Algunas musas no tienen nombre, otras lo tienen pero nos es desconocido. Algunas inspiran poemas, otras tan solo razonamientos. Esta es la historia de la chica del andén opuesto; de la solitaria chica que vió partir con nostálgica mirada mi tren.
¿Porqué? Ella había elegido como destino un punto en el sentido contrario, ¿porqué entonces miraba con tanta tristeza ver partir un tren que no era el suyo? ¿Alejaría ese tren a alguien a quien ella no quería perder?.
...cambió la canción que sonaba en sus auriculares con un gesto disimulado y mirando a un infinito que solo ella veía, donde otros veíamos un gusano de acero, suspiró.
La extraña melancolía que invade cualquier corazón en el momento de partir no entiende de conocidos ni desconocidos... en cierto modo, yo también me apené al dejarla atrás. Adiós Musa sin nombre, quizás otro día inspires un poema... hoy ha sido otra musa.

1 comentario:

teologiadeS dijo...

Muy bonita la entrada, pero puede que las despedidas no sean eternas, puede que sea un hasta luego y cualquier tipo de despedida siempre duele.

Un saludo