martes, 22 de noviembre de 2011

Los nuevos dogmas de fé (con tilde)

No puede ser cuestión de creencia, no puede ser cuestión de fé. El ser humano ha luchado demasiado para llegar a donde esta, siglos y siglos en busca de la verdad, un camino que esta muy lejos de acabar, apenas ha comenzado. Un camino que amenaza con perderse por culpa de meras creencias.
Yo creo en la homeopatía
Yo creo en la acupuntura.
Yo creo en el fin del mundo
Yo creo que Dios es tres y es uno.
Yo no creo en las vacunas
Yo no creo en la evolución
Yo creo que si mato a un infiel iré al paraíso, al seno de Dios.
Yo creo en la reencarnación.
Yo creo en los ovnis.
Yo creo, yo creo, yo creo, siempre yo creo. Creer no es saber. Creer nunca ha sido saber. Creer nunca será saber. No puedes confiar la humanidad a una creencia, no volvamos atrás. No puedes decir que un remedio te cura si crees en él, necesitamos que un remedio cure creas o no creas en él, quizás necesites curar a alguien que ni siquiera esta consciente. La humanidad necesita casas que no se derrumben porque la gente crea que las cargas no existen.
A estas alturas del pastel, ya no podemos permitirnos esos tropiezos, no se puede no creer en cosas comprobadas, hay que saberlas. No se puede creer en cosas y esperar que la gente las acepte como verdades, que confíe en ellas, al margen de cualquier realidad.

¡Demasiadas cosas desconocemos para comenzar a dudar de las que sabemos que son verdad!

A Dios rogando y con el mazo dando, siempre dando. Malgaste usted su dinero en homeopatía pero por favor, vaya al médico, crea usted en la reencarnación pero por favor, haga algo productivo antes de morirse.

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