jueves, 27 de septiembre de 2012

Como decía Google

Recuerdo una frase de Google, no ha mucho tiempo, que decía algo así como "Si no quieres que se sepa, no lo hagas" que viene al pelo para lo ocurrido estos días en esta/esa España nuestra.
Vivimos en la era de la información (aunque los historiadores aún no se hallan decidido a definirla como tal) y eso conlleva una serie de cambios.
Del mismo modo en que pudimos vivir en directo la represión del gobierno egipcio en la famosa primavera, o la muerte de Gadafi, todo el mundo puede observar lo que ocurre en tiempo real. Y el directo no entiende de mentiras.
Me gusta ver a los políticos negando lo innegable, intentaré hacer lo mismo el próximo día que me pillen hablando en clase (como hacía cuando tenía 5 años) pero por favor, que no esperen que nos lo creamos. En el mundo actual no hace falta ser protagonista para ser espectador, como lo fue en tiempos de César y otros cesarismos (¡Ay!) y lo que es más, la capacidad para ser espectador, en un mundo en el que cada persona es un emisor potencial, se limita a poco más que a la voluntad de serlo, es decir, no hay más ciego que el que no quiere ver.
Esta semana todos hemos visto lo ocurrido. Hemos visto las convocatorias, hemos seguido sus plenos en directo (yo lo he hecho desde Lucerna), hemos visto los streams de las manifestaciones desde el minuto 0 y hemos visto las cargas desde que empezaron hasta que acabamos, hemos visto a los chicos que atacaron a los policías (Homo homini lupus, que diría la diosa ironía) y hemos visto a la policía cargar contra los otros.
Hemos visto patear a gente, hemos visto pelotas de goma en espacios cerrados, donde no hay más posibilidad de que disparar "a dar"(pues el tiro parabólico es imposible donde hay un techo tan bajo) hemos visto y oído ese decir "ya has grabado suficiente" en un mundo en el que se respeta a los reporteros de guerra (pero no en las manifestaciones) y hemos oído a la señora Cifuentes decir barbaridades, como siempre que habla.
Y no esta mal que diga barbaridades, siempre he pensado que a los discapacitados mentales hay que ayudarles a incorporarse a la sociedad, pero lo que me parece mal es que espere que me las crea.
Y no, no culpo a la policía por lo hecho, si los acuso de algo es de hacer su trabajo (obedecer sin pensar), pero eso lleva a la realidad, el que obedece sin pensar es idiota, pero el que ordena al idiota es un loco, un tirano o un déspota, y esos hombrecillos con casco y porra no hacían más que seguir órdenes.

Señora Cifuentes, en este mundo, de nada vale ya esconder la mano tras tirar la piedra. Si no quiere usted dimitir no dimita, si esta contenta con lo ocurrido, saque pecho, pero por favor, no más mentiras, la humanidad no puede soportar tantas, tan grandes y en un periodo tan corto.

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