martes, 9 de octubre de 2012

Tierra Libre

Índice de la revista
Esta semana se ha publicado por primera vez la revista "Tierra Libre" en la que he tenido el honor de poder participar.
La revista es una iniciativa del grupo "Movimiento Crítico", un grupo de origen universitario que pretende aportar diferentes puntos de vista a la situación actual, buscando siempre un punto más neutral y razonado a los que estamos acostumbrados a ver en los medios de comunicación o en los diferentes movimientos de base; sin olvidar aspectos culturales, como críticas literarias o de cine o actualidad internacional.

Por mi parte, poco más que decir, dejaros un link al blog del grupo (que también aparece en la última página de la revista):
 http://movimiento-critico.blogspot.com.es/
Y un link donde podéis encontrar la propia revista:
Tierra Libre 1



Aquí os dejo mi artículo

Otro punto de vista: España en Suiza
La situación de España fuera de nuestras fronteras es una gran desconocida. Esa es la primera conclusión que puedo extraer de mis días aquí.
Aunque actualmente vivo en Lucerna, un cantón en el que según el consulado español de Zúrich residen cerca de 30.000 personas con nacionalidad española, Suiza es uno de tantísimos países que se preocupa del inmigrante en tanto a inmigrante, y poco le interesa su función recíproca de emigrante.
Pese a lo dicho no deja de llamarme la atención la predisposición de los profesores universitarios(antropólogos en mi caso) a preguntar, a aprender y, por qué no decirlo, el respeto con el que preguntan. Parece que temiesen herir mis sentimientos con preguntas demasiado crudas.
De esa/esta España nuestra han trascendido tres realidades fuera de nuestras fronteras. Por un lado está el asunto económico. Si existe un temor en Suiza a día de hoy, es el paro. Suiza tiene una tasa de paro de 1'8%, la más alta de toda su historia, así que no intentes explicarles que la más baja de nuestra historia fue un 7%. La principal causa de muerte no natural en Suiza es el suicidio, así que, en cierto modo, no entienden por qué seguimos vivos.
He tratado de explicarles que el sistema familiar español es distinto, que las familias son más amplias y se apoyan, y que es así como se soporta la situación con menos hambre.
Entre sus líneas se puede leer “los españoles trabajáis menos que los suizos” hasta que les comentas nuestros horarios laborales. No le hables de los salarios, pronuncia las palabras 6 euros/hora y su cerebro sufre un pantallazo azul.

El segundo caso es, cómo no, la protesta social. Debo decir que el 25-S ha dado la vuelta al mundo incluso algunos coreanos me han preguntado sobre el asunto. Me preguntan por qué, y entonces es cuando vuelvo a explicarles que el problema económico no es el más grave, sino una consecuencia de la realidad política española. Les cuento que en España tenemos casta política, que nuestros representantes en el parlamentos son los hijos de nuestros representantes anteriores, que tenemos Grandes de España en la cámara baja e incluso presidiendo comunidades autónomas (asunto que trataré en el tercer punto) y se quedan patidifusos. Simplemente no le ven sentido.
¿Como esta la situación del aborto y los matrimonios homosexuales en España?- pregunta Doris Bacalzo, una profesora de antropología de la migración procedente de Filipinas. ¿De verdad están cambiando esas leyes?- contesta al explicarle que durante los últimos años la situación había cambiado favorablemente pero ahora esta retrocediendo.

Oye, he visto las imágenes de las cargas en el New York Times -dice Pierre, un estudiante suizo que cursa su doctorado en sociología -¿Por qué protestaba esa gente? ¿Por qué ha cargado así la policía?. Entonces me siento obligado a explicarle que desde hace unos meses quieren que la resistencia pacífica a la autoridad sea un crimen tipificado en el código penal y que la señora Cifuentes quiere cambiar la regulación de las convocatorias y que el gobierno se ha felicitado a sí mismo por la forma en que las cargas se desarrollaron (ni siquera intento contarle que el gobierno quería juzgar a los detenidos por intento de golpe de estado). Estamos volviendo a los años 50- le digo. The happy 50's?-Me pregunta pensando, quizás, que España estuvo incluida en la recuperación económica del Plan Marshall. Y yo miro hacia el techo en silencio.

El tercer asunto es el catalán. La mayoría de los suizos ha estado en Barcelona (y, según ellos, se han topado allí con ese “esto no es España”), pero no se han preocupado de ir más allá. Les explicas la situación, que Cataluña no quiere salirse de España, sino dejar de tributar al gobierno central, como ya hace Navarra, y como en cierto modo ya hace también el País Vasco. ¿Pero España no es un estado federal, no?- preguntan dos compañeras de clase al unísono. No, España no lo es. Entonces me veo obligado a volver atrás, a ese día en 1530 en el que varios reinos pasaron a ser uno, pero mantuvieron sus fueros.Tengo que explicarles cómo Aragón los perdió durante la guerra de sucesión y que Granada, como reino conquistado, nunca los tuvo realmente. ¿Pero si ya hay más provincias (el concepto de comunidad autónoma no acaba de calar) que ya tienen esa situación, que problema hay con Cataluña?- me dicen. Entonces les digo que no lo sé, que he nacido con esa idiosincrasia, que no entiendo por qué Navarra sí puede hacerlo y los demás no, que siempre ha sido así y les digo que en mayor o menor medida, otras 5 comunidades autónomas aspiran a cosas similares y me contestan: ¡Ah! ¡Como en Baviera!, pero Baviera es diferente, tiene su idioma propio- Y aquí me colapso.
En cuanto a los alemanes, es difícil hablar con ellos sobre el asunto, supongo que son la otra parte de nuestra parte. Tienen miedo de hablar, no de hablar, sino de herir mi sensibilidad, y solo después de un buen rato hablando consigo que se suelten. Para ellos el problema es que España quiere más dinero a cambio de nada. Poco o nada saben de la situación social, no hablo ya del hambre o el paro, sino del descontento, pero tampoco parece interesarles mucho. Viven sometidos a un imperio editorial tan férreo y parcial como el nuestro, no puedo culparles, nosotros al menos podemos leer la prensa francesa, pero no le digas a un alemán que la prensa alemana está mediatizada.

Me queda por último dar una tercera visión, una visión de más allá de ultramar, cerca de nuestras antípodas, por cortesía de Josh, un estudiante de derecho internacional procedente Singapur al que le pregunto sobre su opinión sobre el caso español, que afirma le parece bastante lejano.

“Nuestra prensa se centra principalmente en la magnitud del problema, más que en las causas de este. El resultado es que la gente suele saber mucho sobre la crisis del sistema económico español y las consecuencias de esta sobre la economía de otros países […] más que de las raíces del problema, y de sus consecuencias sobre España. Nuestros telediarios se limitan a informar de qué está ocurriendo y qué autoridades deberían solucionarlo.”



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