jueves, 29 de noviembre de 2012

Copos de nieve

No dejarán jamás de sorprenderme los extraños caminos por lo que el cerebro humano une los recuerdos de un modo casi mágico.

Hoy amaneció nevando, otra vez, y en esa nieve recordé yo aquella nieve que hace tanto tiempo puso terreno de por medio. Nunca estuve allí, ni contigo ni sin ti, y nunca vi la nieve a tú lado, y pese a ello, por motivos que no aspiro a entender, tu imagen viene ahora a mi mente, al ver caer los copos bailar, arriba y abajo,  al son que marca la ligera brisa que recorre hoy estas tierras.
Sobre ti ya no se nada, has desaparecido, borrada del mapa, sepultada quizás por la nieve del tiempo o quizás borrados tus pasos por el continuo vaivén de las olas, quién sabe.

¿Cómo estarás? ¿Donde? ¿Qué lengua hablarás ahora? ¿Cual besarás? ¿Qué luz guiará tus pasos?

Quizás nunca llegue a saberlo, pero sigo mirando la nieve caer, cubrirlo todo de blanco y me digo: unas cuantas horas más preguntándomelo, no me harán ningún daño; un día es un día.

1 comentario:

Ana Lógica dijo...

Un día es un día, sí.

Imagino que frío hará allí, aquí hace "mucho" (entrecomillas porque nada comparado al tu frío)

¡Besös! 15g.