lunes, 19 de julio de 2010

¿Y tus jefes son raros? (volumen 1)

Si de verdad piensas eso, espera a escuchar la historia que tengo que narrar.

Corría el mes de Junio de 2010. Era una de esas noches calurosas en las que la naturaleza animal del ser humano lo empuja hacia la calle en un intento por sobrevivir a las circunstancias, y yo, muy animal que soy, en la calle me encontraba.
Aquel día concretamente las calles estaban desiertas, parecía como si todos los demás hubiesen preferido morir (o encender el aire acondicionado). De pronto apareció ante mi un haz de luz, una luz radiante que dolía en los ojos, y sentí como poco a poco mis pies se separaban del suelo...

Desperté varias horas después en una extraña habitación que parecía una cafetería temática de los años 20, la puerta se abrió y un extraño hombrecillo gris de apenas un metro veinte entró por ella.

-Buenas noches... ¿Jose Manuel verdad?-dijo el hombrecillo.
-Si... ¿Son ustedes los de Orange? ¡Les juro que no les cogí el telefono porque estaba en la ducha!-contesté.
-¿Orange? No, tranquilo, nosotros solo hemos venido aquí para conseguir algo de información sobre como destruir tu planeta, tranquilo no queremos venderte nada.

Debo decir que en ese momento suspiré aliviado, la destrucción de la humanidad siempre me pareció mejor que su dominio absoluto, al contrario que los de orange, los hombrecillos no querían esclavizarme.

-Bueno... supongo que ahora es cuando me torturáis e introducis todo tipo de doloros objetos en mi interior para conseguir información... ¿No hay otra forma?
-Tranquilo tranquilo, hemos cambiado las técnicas, sientate en esa mesa. Según la información que tenemos de ti... ¿Vas a querer una guiness o un café hobbit?
-Umm, no lo se la verdad. ¿Que hora es?
-Pues, en tu país son las 7 de la tarde, pero en órbita es dificil saberlo.
-Juas, no habéis recaudado demasiada información... las 7 es una hora perfecta para un café hobbit... si fuesen las 7 y media...

El hombrecillo me miró sorprendido, hizo un gesto extraño con su cara sin cejas ni nariz, y se marcho. Volvió al cabo de unos 5 minutos con 2 cafés y se sentó junto a mi. Supe que se trataba de una raza super desarrollada cuando le vi colocar posa vasos en la mesa.

-Bueno... ¿Y como es que ya no hacéis todo eso de las sondas?
-Pues... verás tu, era bastante divertido ver como moríais por el dolor, pero la verdad es que conseguiamos poca información... y un día vimos como os ponéis de habladores en la barra de un bar y...

2 comentarios:

Irene Bebop dijo...

Qué listos los invasores, saben que con un batido hobbit de por medio es más fácil llegar civilizadamente a un acuerdo sobre la destrucción del planeta

Héctor J. Hernández R. dijo...

La verdad me pareció interesante, absurdo pero interesante :D