lunes, 1 de agosto de 2011

contra el calendario

Nunca podré saber si aquello era una mera gamberrada infantil o un desesperado intento por deterner el paso del tiempo, lo que si es seguro es que aquel reloj y aquellos calendarios no volverían a ser los mismos tras haber sido hechos pedacitos por sus dientes de leche.

2 comentarios:

Irene Bebop dijo...

Los dientes de leche aún no tienen conciencia de que el tiempo pase así de rápido. Dichosos ellos.

Ana Lógica dijo...

Monada :)