domingo, 16 de septiembre de 2012

Cartas helvéticas 5: La puntualidad suiza (die schweize Pünktlichkeit)

Creo que es la primera palabra que salió de boca de un suizo cuando trataba de explicarme el funcionamiento de la universidad: puntualidad.
El asunto esta desbocado, se les ha ido de las manos, comenzaron fabricando relojes caros y no supieron donde parar... 
Decir que todos los suizos son puntuales será, con total seguridad, una exageración pero el hecho de que sus transportes si que lo sean, al 100% ayuda bastante a construir la idea de que un suizo no llega tarde ni temprano, sino en los 10 segundos previos a la cita (y no intentes adelantar la cita).
Es quizás lo primero que uno ve al bajarse del avión y tomar un tren. 10.37 significa justa y exactamente eso y es importante saberlo, porque probablemente habrá en esa misma vía un tren a las 10.35 y otro a las 10.40, pero hasta aquí, nada de lo que asustarse, todos sabemos que la vía juega con ventaja sobre el pavimento.
Otro asunto son los autobuses. Cuando hablo de autobuses sólo hablo, de momento, de los de Lucerna. En cada parada de autobús encontrarás dos tipos de indicaciones. La primera es una que dice en que minutos pasa el autobús en cada hora. La segunda, es un inútil poste luminoso indicando cuantos minutos restan para que llegue el siguiente. Y si, digo inútil, o como mínimo infantil, porque cualquiera que sepa restar y leer, sabrá con mayor exactitud cuantos minutos faltan para que llegue el siguiente autobús que el propio poste luminoso. Un minuto antes de lo estipulado, verás el autobús aparecer al final de la calle.
¿Cómo lo hacen?
Bueno, yo he construido una idea en mi cabeza al asunto, que en parte necesita de mitología o fe para dar respuesta.
La primera parte, la real, es que la mayoría de las calles importantes tienen su propio carril bus, lo que ayuda en mucho a cumplir los horarios. La segunda parte de la historia, la empiezas a construir una vez dentro del autobús. El autobús no se detiene ante nada, salvo semáforos claro. Recuerdo que el primer día había un coche delante del autobús al que mi conductor no dejaba de meterle morro y recordé aquellos primeros días de carnet en que los camiones "trataban de matarme" de esa manera. Tampoco se me ocurriría cruzar con el semáforo en rojo si hay alguna parada de autobús en esa calle.
Cabe decir, que dicha puntualidad se siente dentro del autobús, es decir, olvídate de leer de pié dentro de este.
Un aspecto curioso de los autobuses, al menos para mi, pobre provinciano, es que los billetes se compran por paradas o minutos, es decir, un billete de tren estándar tiene un periodo útil de 20 minutos o 6 paradas (lo que te permite llegar a cualquier sitio)
Otro elemento de estudio sobre la puntualidad, son las comidas. Se come a las 12.00 y no digo más. Si venís por aquí lo entenderéis vosotros mismos, aunque vuelvo a repetir: las 12.00 no son las 11.45 ni las 12.15.


Pd: Eso si, la puntualidad se paga señores, como casi todo en Suiza. Un billete de autobús de esos de las 6 paradas cuesta unos 2.40 SFr, un abono mensual  50/66 SFr para menores/mayores de 25 años.

Pd: Gracias Enrique. Creo que aquí tendríais sitio.Parece que esta gente ha decidido que es más barato mantener las calles en un estado de continua reparación (eso a lo que algunos llaman mantenimiento) a esperar a que se rompan, y hay "una obrita" por calle.

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