jueves, 4 de octubre de 2012

La marcha de Elmo

Todo cambió de repente. El Sol brillaba con menos fuerza y el aire era cada vez más frío y húmedo.
Una buena mañana desperté y no lo encontré allí, como única despedida, unas lineas escritas en el dorso de un recibo.
"Me marcho, tierras más cálidas me esperan, nuevas conversaciones, otros cigarros y otros licores, te espero en casa si decides volver"
Estuve pensando todo el día, aquello no tenía lógica, los muñecos no tienen pasaporte, las marionetas no pueden viajar en avión. Pasé gran parte de la noche buscándolo en la casa, luego en el vecindario y más tarde más allá del río  esperando encontrarlo en alguna de esas tabernas donde el bebop y el swing amansan las almas de los bohemios como él, pero fue en balde.
Días más tarde, sin ninguna esperanza, volví a pasar sobre aquella factura del supermercado, al otro lado del recibo, un mensaje aún menos esclarecedor
"1 Artikel: Trauben Weiss 2kg. Zwischensumme: 2'65"


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