sábado, 27 de octubre de 2012

Mundo desarrollado

Es curioso, doquiera se habla de desarrollo, se habla de reducción de las desigualdades. Se da por hecho, que un mundo desarrollado carece de grandes diferencias, es decir, el desarrollo, en ese aspecto, propone una especie de capitalismo utópico en el que "al ganar unos, todos ganan"
La idea en si no es mala, puede que vaya contra mi ideología, que yo sea uno de esos que piensan que es un lobo con piel de cordero, pero admitámoslo, al menos teóricamente, es una situación idónea.
Pero luego ocurre que el autoproclamado mundo desarrollado vuelve su mirada hacia el espejo y encuentra la realidad.

¿Qué graduación obtendría el mundo desarrollado de hoy en un gráfico de Gini?

¿Cómo puede ese mundo desarrollado que muestra niveles de desarrollo muy inferiores a los de muchos países subdesarrollados enseñar desarrollo a nadie?

Y lo que es más, si nosotros, los desarrollados (me gusta usar esta palabra, suena tanto a soberbia...) siguiendo las ideas del desarrollo, hemos llegado a un punto en el que un ciudadano griego no tiene derecho a asistencia médica debe  dar gracias por poder comprar alimentos caducados a un menor precio, si hemos llegado al punto en el que el trabajo infantil esta renaciendo en Portugal, y vemos cada vez más a la sociedad española alejarse de la política y perder la fe en el sistema democrático, como pasó en la Alemania de los años 30, ¿Qué nos hace pensar que nosotros somos países desarrollados?

Pero no, no hablo solo de la Europa pobre,  no se engañen, por muy encantados que estén todos los alemanes de haberse conocido, ¿No deberían pararse a pensar cuando su gobierno elimina los salarios mínimos y la asistencia sanitaria universal? ¿No deberían pararse a pensar cuando su país esta convirtiendo fondos públicos en fondos privados a través de deudas extranjeras? ¿No deberían pararse a pensar cuando su país nombra políticos a dedo en otros países sobre el nivel de "desarrollo" de su nación?

Pero tranquilos, que hay para todos, no se me olvidan esa Holanda en la que emerge la derecha racista, no se me olvidan esa Francia y esa Italia que mantienen armamentítsicamente a un gobierno que repudian desde el atril, ni esos Estados Unidos de América que ven más necesario apoyar las ambiciones militaristas de Israel que acabar con el hambre dentro de sus fronteras y porque no, esa Noruega que aún caza ballenas en peligro de extinción con total impunidad y que se permite el lujo de criticar a los japoneses y de apuntar su dedo acusar hacia una España que esta acabando con el atún rojo, y porqué no, ya puestos esa Suiza que mantiene en su parlamento el derecho a decidir la libertad de culto... y porqué no seguir hablando de China y sus emisiones, de Brasil y sus estrías sociales, de esa OPEC que se permite el lujo de decidir quien tiene derecho a dormir caliente y quién no.

Pero lo que realmente no consigo entender, es porque todo el mundo sigue en el juego.

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