martes, 13 de noviembre de 2012

Reflexiones sobre oratoria: caras opuestas

La noche:
Hay que hablar despacio, pero no demasiado, y ante todo, hay que hablar con calma.
La calma lo es todo. Un orador calmado esta diciendo "soy tu amigo, yo ya pienso como tú, no necesito atacarte, nuestras ideas son las mismas"
Cuando se quiere jugar al poder de la voz, hay que saber cuando hacerlo. Jugar al poder de la voz es jugar a remover mentes, a trastornar consciencias. y para que eso sea posible, la voz no es el único elemento de la ecuación, la mente del oyente juega un importante papel.
Intentar jugar a la ofensiva es algo positivo cuando las defensas enemigas son débiles, cuando te enfrentes a alguien que pueda descifrar tus movimientos, serás visto como un enemigo,y como tal, serás censurado en sus mentes.
Por eso hay que huir de el ataque, de la inquisición, hay que ir hacia la calma, ser el agua que todo lo moja.

El día:
El principal problema de la política actual, lo que realmente tenemos que cambiar, que reducir por la fuerza si es necesario, es que en política, la forma ha ganado la partida la fondo.
Los políticos de hoy, como en la Antigua Grecia  no se entrenan ya sobre el ejercicio de la política, sino sobre el ejercicio de la dialéctica, de la demagogia. No importa ya el ejercicio del poder, sino la obtención y el mantenimiento de este.
Y así ocurre amigos míos, que se concentra el poder en manos de aquellos que no ambicionan nada salvo el poder. Y esto es grave, porque no sería tan grave si de un caso aislado se tratase, pero ocurre ahora en todo el mundo occidental, e incluso en el mundo occidentalizado... y eso hoy en día es prácticamente un todo.
Enseñamos a nuestros estudiantes a ser políticos y no a hacer política, a decir palabras hermosas privadas de todo contenido, estamos haciendo poesía en vez de política, y así nos va.

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