domingo, 24 de febrero de 2013

¿Qué salidas quedan?


Ayer, haciendo un guiño al pasado, las pancartas volvieron a salir a la calle por enésima vez. Ya nadie da cifras de seguimiento, todos sabemos que aunque el 52% de los electores de este país salieran a manifestarse el mismo día, nadie iba a mover el culo de su escaño.
Hasta donde alcanza mi memoria, ya van para dos años desde que la ciudadanía comenzó a mostrar su oposición clara a las medidas impulsadas desde la Unión Europea y ni ha cambiado nada ni tiene pinta de ir a cambiar... ¿qué hacer ante esta situación? y lo que es más importante ¿por qué no ha cambiado nada?

¿Por qué no ha cambiado nada?
En los últimos años (y casi diría siglos) hemos visto como el gobierno ha sido ocupado por diferentes grupos de poder  con un carácter que describiría hipócritamente como "despotismo ilustrado" y al que la palabra "ilustrado" le sobra se mire por donde se mire.

Podríamos perdonar en este aspecto (y sólo en este aspecto) al enano del bigotillo, pues él nunca quiso realmente simular que gobernaba por el bien de la nación, lo dejó bastante claro cuando decidió meterla en tres años de guerra y matar a algo más de seis millones de españoles, pero ¿y qué pasa con todos los demás? ¿Qué pasa con Felipe, con José Mari, con Joselu o Marianico? ¿Qué tienen en común todos ellos más allá de que podrían haber salido de cualquier número de La 13 Rue del percebe?

La respuesta es muy fácil y casi se podría resumir en un "L'etar c'est moi" rebajado con agua, un "yo sé lo que este país necesita y el país se equivoca." Ese gobernar de espaldas a la calle lo hizo Felipe cuando cambió su posición con respecto a la OTAN en el último momento, lo hizo Aznar cuando decidió que era bien nacional hacer la guerra a Iraq* y Afganistán, no recuerdo haber visto a Zapatero hacer caso al clamor popular frente a sus medidas de austeridad… y de Rajoy mejor no hablo, que ya casi me da pena el muy idiota.

El problema está en que en un sistema democrático, al menos en teoría, la misión del gobierno no es sino la de materializar la voluntad de gobierno de la ciudadanía (aunque según esta misma teoría, no debería haber ninguna separación entre gobierno y ciudadanía claro). La teoría de un sistema democrático postula que gobierna la voluntad de la nación y que por lo tanto no debería poder existir desacuerdo alguno entre gobierno ciudadanía, la cual nunca puede estar equivocada (que ya lo decía Manolo Escobar)...y sin embargo vemos como gobiernan "por nuestro bien" pese a nuestra disconformidad, es un "no es por mí, es por tí, pero podemos seguir siendo amigos"** llevado al campo de la política.



¿Qué salidas quedan?
En un régimen democrático esta pregunta no debería de ser necesaria, es más, no debería de existir siquiera. Si un gobierno materializase la voluntad de los electores, nadie debería de poder pensar siquiera en que hiciesen falta salidas.
Se ha demostrado una vez más que el parlamento, pese a ser un órgano electo por la ciudadanía, acaba su relación con esta en el momento en que se cuentan los votos ¿qué se puede hacer contra esto?
Por la via civilizada, nada, la constitución española no prevé como solucionar estas situaciones, nadie puede cesar al gobierno salvo el parlamento, que en situaciones de mayoría absoluta es el propio gobierno, y este ya ha dejado claro que nadie lo va a cesar.

¿Hay que salir a la calle con antorchas y horcas?
Hoy me levanté leyendo una cita de Maquiavello "Quod autem isti dicunt non interponendi vos bello, nihil magis alienum rebus vestris est; sine gratia, sine dignitate, praemium victoris eritis." que yo no comparto, pues creo que nos devolvería a esa guerra de los años treinta y casi con total seguridad a otro enano con bigote. Para colmo nunca me ha gustado pelear, y de las enseñanzas de Sun Tzu aprendí a no hacerlo contra un enemigo está mejor armado, mejor entrenado y coordinado y que para colmo forma parte de la misma ciudadanía. 

¿Hay que resignarse?
Esto suena aún peor que lo anterior, definitivamente no.

¿Qué más se puede hacer además de esas dos opciones?
Organízate y trabaja; las palabras pueden cambiar el mundo, y los hechos aún más. El gobierno nos ha dejado bien claro que no podemos cambiarlo, pero no ha dicho nada de la sociedad. Una sociedad no es una nación ni un estado, una sociedad no queda materializada en sus órganos de gobierno ni en sus leyes, una sociedad no es sino un ente compuesto por personas y sus interacciones, una sociedad no puede ser estudiada desde posiciones institucionalistas, debe ser creada y estudiada en un movimiento de “Bottom-up” y ahí si podemos actuar todos.


*Me da igual lo que tenga que decir la RAE sobre la grafía de la palabra Iraq.
** Esta vez bien vale cambiar el órden.

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